Me frustra la metaforización de cualquier ideal y la materialización de la mediocridad y la nostalgia, aborrezco el vacio que atraganta y la incapacidad de una lágrima; anhelaría ser un poco más romántico: algo como un rio, una playa, una silueta de corazón o el calor de una hoguera que nos caliente bajo las estrellas que no querremos entender, quisiera que el día cambie su rutina día-noche y que los pájaros no paren de cantar; quiero llorar justo en ese sitio donde rompen las olas y ver esa espuma convertirse en mis sueños hechos realidad, esos sueños a lo que no debo temerle. Quiero desenredar nudos y ser más libre, de equipaje más ligero y de menos ataduras. Quiero querer siempre lo mismo; quisiera ser solo uno y no una nociva variedad de contradicciones; solamente quiero salir de esta habitación que me hace sentir en una jaula y caminar hacia alguna dirección, que cada paso difumine un odio y que cada suspiro me devuelva eso que estoy dejando de ser.
19 de septiembre de 2010
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