3 de febrero de 2010

TITERE

Aquel hombre como una hoja que ya no pertenece al árbol, esta hoja como un hombre suspendido en el vaivén del viento, estos bolsillos llenos de aire y la maldita nula compañía de la fría helada soledad, los espejismos del temascal ardiente de la fantasía, la incomodidad de las apretadas cuerdas en sus extremidades y el cansancio por la indelicadeza de la maga. La inadvertida impotencia y la fugaz sensación de esclavitud que perturba tu estúpida e ineficaz razón. El control remoto y otra vez las malditas cuerdas que solo vez en tu pasado y en el egoísmo controlador de ella, de la maga en persona, del monstro carroñero; del hasta ahora y para siempre invencible enemigo que odias, el titiritero que te mira con maldad y que nunca exhausto, se encarga de que eso que llamas mundo, deje se serlo.

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